Estamos en vísperas de las fiestas carnestolengas, y el Liceo "Simón Rodríguez" en el proceso de formación de sus estudiantes quiere reseñar que estas fiestas del rey Momo también cuentan con tradiciones que por su arraigo se transformaron en parte de su folclor y la Hamaca de San Millán es una de ellas. La historia, tal vez fabulada, nos cuenta que hace 140 años procedente de Curazao arribó a las costas de Puerto Cabello,Estado Carabobo y específicamente al caserío, luego barrio San Millán un hombre lujurioso que con sus encantos y galantería conquistó a todas sus mujeres. Al morir el hombre las féminas reventaron en llanto incontrolable, a lo que un marido furioso comenzó a zarandear a palo limpio al difunto; mayor sorpresa cuando todas las mujeres se volcaron a protejer a su amado galán. Enmarcada dentro de la tragicomedia este rito nos muestra la costumbre de pueblos originarios y africanos de enterrar envueltos en tela a sus muertos, al compás de plegarias y retumbar de los tambores.
Desde el año 2006 es considerada patrimonio cultural del Estado Carabobo. La hamaca es guardada en casa del tamborero durante todo el año, para hacer el velorio en el primer día de carnaval, congregando hamaqueros y amaqueras que hacen paticiones de todo tipo. El segundo día adornados con atuendos multicolores y portando veras (palos) para golpear la hamaca que es cargada por mujeres quienes con lamentos por la pérdida de su amado recorreran el barrio al ritmo de clarines, cumacos y laureles. Al lograr tumbar la hamaca la paliza no se hace esperar y se simula una pelea de veras,mientras las mujeres no dejan de llorar. Concentrados en la Plaza Bolívar se da por terminada la celebración.
Versión libre tomada de:
Durán, M.(2011). 140 años de la hamaca de San Millán.Ciudadccs,2 (544) 21.